Los mejores hábitos de trabajo
¿Le cuesta encontrar su ritmo en el trabajo? Olvídate de los consejos tópicos que has oído mil veces, como llegar a tiempo o tener un orden del día para las reuniones.
Te sumergirás en la vanguardia de los hábitos de trabajo, el tipo de hábitos que no sólo aumentan tu productividad, sino que transforman todo tu enfoque de la vida profesional.
Principales conclusiones:
- Aprenderás sobre hábitos de trabajo poco convencionales como la coalescencia de interrupciones, el método "Cómete la rana" de Tim Ferris, las listas de tareas que sustituyen a las listas de tareas pendientes y la mediación Yoga Nidra.
- Los empleados que reciben feedback diariamente en lugar de anualmente tienen 3,6 veces más probabilidades de realizar un trabajo sobresaliente(Gallup). Entonces, ¿estás abierto a recibir feedback?
¿Qué son los hábitos de trabajo?
Los hábitos de trabajo son rutinas y prácticas que determinan su forma de enfrentarse al trabajo diario. Comprenden comportamientos, actitudes y estrategias que empleas en tu entorno laboral. Por ejemplo, la forma en que estructura su tiempo, aborda sus tareas, interactúa con sus compañeros e incluso gestiona su energía y motivación.
Así pues, todas estas elecciones y hábitos contribuyen a tu productividad general, eficacia y satisfacción laboral, o todo lo contrario. Los malos hábitos de los que todos somos culpables a veces son la procrastinación y el cambio de contexto, o la multitarea, pero centrémonos en los buenos hábitos en el lugar de trabajo de cara al futuro.
11 ejemplos de hábitos de trabajo eficaces
1. Gestionar el tiempo de forma inteligente
Según Zippiael 82% de los empleados no tiene un sistema adecuado de gestión del tiempo y se limita a ocuparse de "lo que parece más importante en ese momento". Esto hace que los empleados sientan que no hay control sobre su jornada laboral y otras estadísticas desconcertantes.
Cuando se trata de gestionar el tiempo de forma inteligente, se acabaron los días de las listas de tareas simples y básicas. Entra en la era de la automatización y la gestión inteligente del tiempo impulsada por la tecnología y los datos. Y aunque el tiempo parece intangible, puedes controlar tu tiempo con los hábitos y herramientas adecuados. Exploremos algunos buenos hábitos laborales relacionados con la gestión del tiempo:
- Utiliza aplicaciones de gestión del tiempo como Timeular. ConTimeular, podrás:
🎯 Realiza un seguimiento automático de tu tiempo para identificar exactamente el destino de tus horas;
🎯 Identifica patrones y tendencias en tu productividad para poder optimizar tu horario;
Establece objetivos de tiempo y recordatorios para mantenerte centrado y en el buen camino;
🎯 Analiza tu progreso y toma decisiones basadas en datos sobre cómo mejorar tus hábitos de gasto de tiempo.
He aquí un informe en Timeular que aflora todo lo anterior:
Además de las apps para gestionar el tiempo y los hábitos, otros buenos hábitos relacionados con la gestión del tiempo son:
- Implementar time-boxing con priorización dinámica: Asigne bloques de tiempo específicos a las tareas, pero utilice herramientas basadas en IA para ajustar automáticamente su programación en función de los cambios de prioridad en tiempo real y los imprevistos.
- Practique la minimización de los "residuos de atención": Utiliza rituales de transición entre tareas para vaciar tu caché mental, lo que te ayudará a reducir la carga cognitiva del cambio de tareas.
- Adopte momentos de "microproductividad": Identifique y aproveche pequeños espacios de tiempo a lo largo del día para realizar tareas rápidas de gran impacto u oportunidades de aprendizaje.
Utilizar una aplicación de gestión del tiempo automatizada saca a la luz tus hábitos de consumo de tiempo y te ayuda a organizarlo mejor
2. Crea tu rutina perfecta para trabajar
Crear una rutina sencilla y personalizada que te ayude a pasar de "me acabo de despertar y todo está borroso" a "estoy listo para afrontar el día" puede suponer una gran diferencia en tu rutina diaria.
Dale a tu cerebro y a tu cuerpo señales de que es hora de concentrarse. Esta rutina es como un calentamiento mental y físico para tu jornada laboral.
Esta rutina puede ser diferente para cada persona, pero aquí tienes algunas ideas que a mí me funcionan:
- Prepara una deliciosa taza de café (o té). Hay algo en el aroma y el ritual de preparar tu bebida favorita por la mañana que puede ayudarte a sentirte más despierto, alerta y preparado para afrontar el día.
- Crea una lista de reproducción "en modo trabajo". La música es a menudo una herramienta poderosa para establecer el tono y la energía de nuestro día de trabajo. Elige canciones que te ayuden a sentirte concentrado, motivado y en la zona, ya sea música clásica, ritmos de baja fidelidad o tus canciones favoritas.
- Establezca sus intenciones para el día. Revise su lista de tareas pendientes, establezca prioridades y fije objetivos para lo que quiere conseguir. Un plan de acción o de gestión del tiempo claro puede ayudarte a sentirte más centrado y motivado.
3. Cómete la rana por la mañana
Es posible que haya oído hablar del método de la ranaque consiste en empezar el día con la tarea más difícil. Así evitarás arrastrarla contigo durante toda la jornada laboral.
Gracias a esta estrategia, escaparás de la ansiedad por el tiempo que conlleva la procrastinación y empezarás el día con buen pie. Te ayuda a sentirte seguro al haber abordado tareas difíciles a primera hora de la mañana, y puedes conquistar todos los demás retos que aparezcan en tu lista de cosas por hacer.
Un gran ejemplo de gurú de la productividad que aplica esta sencilla estrategia es el autor de bestsellers Tim Ferriss. En su libro "La semana laboral de 4 horas", Ferriss recomienda identificar la tarea más importante (o "MIT") cada día y completarla antes de pasar a tareas menos críticas. El autor afirma que esto le ayuda a establecer un mejor tono emocional para todo el día. Incluso cuando se hace una tarea pequeña, finalizarla hace que Ferris se diga a sí mismo: "Oye amigo, no te preocupes, hoy has producido algo".
Así que no te preocupes y empieza a producir algo hoy también. Eso sí, lo antes posible.
4. Agrupa tus interrupciones
Según las últimas estadísticas disponibles sobre gestión del tiempo, los empleados pueden ahorrar hasta 40 horas al mes si gestionan las interrupciones, lo que les impide disponer de ciertos márgenes de tiempo para centrarse sólo en el trabajo en profundidad, que ayudaría a resolver tareas esenciales y exigentes desde el punto de vista cognitivo.
¿La solución? Aplicar la "coalescencia de interrupciones", que, dicho de forma sencilla, agrupa las interrupciones en función de las prioridades. Permítanme presentarles el ejemplo práctico de nuestro Director de Tecnología, y luego les definiré el concepto:
"Como Director Técnico y Jefe de Producto, es fundamental gestionar un amplio abanico de tareas. Para mantener la productividad, estructuro mi día con una rutina coherente: Dedico las mañanas al trabajo profundo y centrado en proyectos de alta prioridad y reservo las tardes para la comunicación y para abordar los asuntos urgentes a medida que surgen." Manuel Zoderer.
En otras palabras, nuestro CTO aplica el mismo sistema con el que funciona cada uno de nuestros dispositivos: una vez que un ordenador recibe una orden, evalúa la prioridad y la agrupa en lotes prioritarios en función de sus recursos. Si la prioridad parece urgente y el ordenador tiene recursos para atenderla, lo hará. En caso contrario, añade la prioridad a una cola que, en nuestro ejemplo del CTO, reserva las tardes para la comunicación.
5. Decir no al trabajo más a menudo
Aunque resulte contraintuitivo a primera vista, ya que ninguna descripción de puesto lo incluiría como hábito deseado, decir no en el trabajo es un hábito laboral beneficioso y saludable. Te ayuda a mantener una alta calidad de trabajo y a demostrar buenas dotes de liderazgo y gestión del tiempo. También te posicionas como una persona fiable, ya que demuestras que evalúas tu carga de trabajo de forma realista.
A la mayoría de nosotros nos cuesta decir que no en cualquier contexto, y mucho más en el trabajo, donde asociamos una carrera de éxito con estar siempre disponible o aceptar tantos proyectos como sea posible para desarrollar nuevas habilidades.
Si dudas a la hora de decir que no, recuerda que decir que no te permite centrarte en tus tareas más importantes, realizar un trabajo de alta calidad y no dispersarte demasiado. También crea espacio para oportunidades que le ayudarán a crecer y evolucionar en su carrera. Otra ventaja es que mantienes unos límites saludables en cuanto a tu tiempo, energía y experiencia. Esto mantiene bajo control el equilibrio entre la vida laboral y personal, evitando el agotamiento y el resentimiento.
Si te parece más fácil decirlo que hacerlo, aquí tienes una posible forma de razonar tu no:
Nota: A mí también me ha costado decir que no al trabajo, así que he investigado y aplicado un marco ganador para decir que no. Puedes encontrarlo en esta completa guía: Cómo decir no en el trabajo [Marco y 6 ejemplos]
6. Estar abierto a los comentarios y aceptarlos bien
Un feedback significativo estimula el rendimiento, no lo entorpece. Un informe de Gallup reveló que los empleados tienen 3,6 veces más probabilidades de realizar un trabajo sobresaliente si reciben feedback de sus jefes a diario en lugar de anualmente.
Sin embargo, los comentarios pueden intimidar. Puede asustarte y hacerte sentir inútil o amenazado.
Por supuesto, el remitente del mensaje es responsable de comunicar comentarios constructivos y de utilizar buenas habilidades de comunicación. Sin embargo, una vez completada esta parte de la transacción comunicativa, la responsabilidad recae en tus manos. Eres responsable de gestionar tus emociones y comprender que el feedback no tiene nada que ver contigo personalmente, sino que es sólo un instrumento que ayuda a perfeccionar tu trabajo. Sería bueno que tuvieras en cuenta lo siguiente:
- Tómate tu tiempo para procesarlo. Está bien dar un paso atrás y reflexionar sobre los comentarios antes de responder o actuar en consecuencia. Date tiempo para digerir y considerar lo que has oído o leído.
- No te pongas a la defensiva. Es sólo una crítica constructiva que te ayuda a trabajar en tus lagunas de conocimiento.
- Haz preguntas aclaratorias. Si algo no está claro o necesitas más contexto, no temas pedir más información o ejemplos.
- Haz un seguimiento y cúmplelo. Si recibes comentarios que requieren medidas o cambios, elabora un plan y comunica tus intenciones. Demuestra que te lo tomas en serio y que te comprometes a crecer.
7. Hacer listas eliminatorias
¿Qué es una lista de tareas? Es una lista de cosas por hacer sencilla y sin complicaciones que se centra únicamente en tus prioridades y tareas imprescindibles. Piensa en ella como tu lista personal de cosas que tienes que hacer antes de que acabe el día. La clave para que funcione es que sea corta y no negociable.
La idea es que te centres en un máximo de 3-5 tareas, y cada una de ellas debe ser una tarea específica y factible que puedas completar de forma realista en un día. Si priorizas tus tareas más importantes y de mayor impacto y las realizas de forma constante, conseguirás avances significativos en los proyectos que realmente importan.
Así que, para intentarlo, tienes que seguir este proceso:
- Tómate 5 minutos al principio de cada día para anotar tus 3-5 tareas imprescindibles.
- Mantén esa lista al frente y en el centro durante todo el día, y conviértela en tu misión para tachar cada elemento antes de abandonar.
- Si quieres llevar esto al siguiente nivel, aplica el método de celebración de Marcus Lemonis (emprendedor en serie): Haz aviones de papel con cada tarjeta de tarea y, cuando las finalices, hazlos volar. De esta forma, te darás a ti mismo una señal física de que tu tarea está marcada.
Utilizar una aplicación de gestión del tiempo automatizada saca a la luz tus hábitos de consumo de tiempo y te ayuda a organizarlo mejor
8. Comunicarse eficazmente
La comunicación puede ser decisiva para el éxito en el trabajo. Es uno de los hábitos laborales saludables que requiere un esfuerzo y una práctica constantes. Tanto si colaboras con compañeros como si te diriges a clientes o a un equipo, la forma en que compartes información, ideas y comentarios puede tener un profundo impacto en tu productividad, tus relaciones y tu repercusión general.
Desarrollar buenos hábitos de trabajo requiere una práctica constante, y la comunicación requiere una práctica exhaustiva:
- Empieza por practicar la escucha activa: Cuando te comuniques cara a cara con otras personas, acostúmbrate a prestarles toda tu atención. Deja a un lado las distracciones, establece contacto visual y escucha para entender, no solo para responder.
- Sé claro y conciso: Tanto si escribes un correo electrónico como si haces una presentación o mantienes una conversación cara a cara, procura ser lo más claro y conciso posible. Utiliza un lenguaje sencillo, evita la jerga o los acrónimos y ve al grano rápidamente.
- Adapte su estilo de comunicación a su público: Cada persona y cada situación requieren un estilo de comunicación diferente. Acostúmbrese a observar a su público y adaptar su enfoque en consecuencia, ya sea más formal o informal, más detallado o de alto nivel, más asertivo o colaborador.
Como la comunicación es una vía de doble sentido, pida regularmente a los demás que le den su opinión sobre sus habilidades y estilo de comunicación. No olvides estar abierto también a los comentarios constructivos.
9. Organiza tu espacio (físico y digital)
Cuando tu espacio de trabajo está desordenado y es caótico, no es sólo una monstruosidad. Es un asesino de la productividad. Un escritorio desordenado, una bandeja de entrada a rebosar, un mar de archivos aleatorios en el escritorio... todas estas cosas pueden ralentizarte, distraerte y dificultar que encuentres lo que necesitas cuando lo necesitas.
Por el contrario, cuando tu espacio está organizado y racionalizado, es más fácil rendir en el trabajo. Todo lo que necesitas está al alcance de la mano y puedes centrarte en la tarea que tienes entre manos sin perderte en el desorden.
Para trabajar este hábito laboral, prueba este proceso:
- Empieza con una purga: Echa un vistazo a tu espacio físico y digital y deshazte de todo lo que ya no te sirva. Tira esos papeles viejos, borra esos archivos antiguos y cancela la suscripción a esos boletines irrelevantes.
- Crea un sistema que funcione para ti: No hay un sistema de organización que sirva para todos: lo que le funciona a tu colega puede que no te funcione a ti. La clave está en encontrar un sistema que se ajuste a tus tendencias naturales y a tu flujo de trabajo. Tal vez eso signifique codificar tus archivos por colores, utilizar un conjunto específico de carpetas para tus proyectos o invertir en una elegante etiquetadora.
- Conviértalo en un hábito diario: Como cualquier buen hábito, la organización requiere constancia y repetición. Convierte en parte de tu rutina diaria ordenar tu espacio, archivar papeles sueltos y mantener en orden tu espacio digital. Cuanto más lo hagas, más automático se volverá.
10. Cuida tu energía (y gestiónala)
A todos nos ha pasado: tenemos la agenda planificada al minuto, pero cuando llega el momento de abordar un gran proyecto o una tarea compleja, el cerebro no coopera. Y es que la productividad no consiste sólo en el número de horas que dedicas. Se trata de la cantidad de energía concentrada y de alta calidad que aportas.
Por eso, incluir hábitos de trabajo positivos como la gestión de la energía puede tener un profundo impacto en tu trabajo. Intenta centrarte en lo siguiente:
- Empieza por prestar atención a tus ritmos y patrones naturales. ¿Eres una persona madrugadora o un búho nocturno? ¿Cuándo te sientes más creativo, concentrado o con más energía? Utiliza ese autoconocimiento para planificar tus tareas más exigentes para tus momentos de máxima actividad y deja el trabajo más rutinario o administrativo para cuando tu energía esté más baja.
- Incluye descansos regulares y tiempo para renovarte a lo largo del día. Eso puede significar dar un paseo rápido al aire libre, hacer estiramientos en el escritorio o simplemente cerrar los ojos y respirar hondo unas cuantas veces. La idea es dar a tu cerebro y a tu cuerpo el tiempo de descanso y recarga que necesitan para seguir funcionando al máximo.
Consejo: Cuando tenía problemas de falta de energía y perdía la concentración a menudo, hacía una meditación de diez minutos de Yoga Nidra. No es woo-woo, lo prometo, y no es Yoga, aunque su nombre pueda inducir a error. Es una meditación de 10 minutos respaldada por la ciencia. Realmente restaura tu energía, y los estudios clínicos han demostrado que se asocia con cambios fisiológicos positivos.
11. Toma la iniciativa en tu proceso de aprendizaje
¿Cuándo fue la última vez que se sintió realmente lleno de energía e inspirado en el trabajo? Lo más probable es que fuera cuando estaba aprendiendo algo nuevo, abordando un proyecto que ponía a prueba sus capacidades o colaborando con personas que aportaban nuevas perspectivas e ideas. Por eso es tan importante hacer del aprendizaje y el crecimiento continuos una parte innegociable de tu identidad profesional.
Exploremos algunas formas de inculcar este hábito de trabajo:
- Márcate objetivos de aprendizaje: Del mismo modo que se fija objetivos para sus proyectos de trabajo o su rutina de ejercicio físico, fíjese objetivos de trabajo específicos y mensurables para su desarrollo profesional. Tal vez quieras dominar un nuevo programa informático, obtener una certificación en tu campo o desarrollar tus habilidades para hablar en público. Sea lo que sea, conviértalo en una prioridad y hágase responsable de ello.
🎯 ¿No sabes cómo establecer objetivos para distintos periodos de tiempo? Consulta nuestro plan de objetivos a corto y largo plazo.
- Busca nuevos retos: No esperes a que tu jefe o tu empresa te den nuevos proyectos o responsabilidades. Sé proactivo y búscalos tú mismo. Ofrécete como voluntario para esa tarea, lanza esa idea innovadora o asume un papel de liderazgo en una organización profesional. Cuanto más te ofrezcas, más crecerás y tendrás el control de tu reputación profesional y tu crecimiento.
Conclusión
Adoptar estos hábitos de trabajo productivos no consiste sólo en marcar más casillas en tu lista de tareas pendientes. Se trata de cambiar radicalmente tu forma de enfocar el trabajo diario.
Desde adoptar herramientas de productividad como Timeular hasta dominar el arte de decir "no", cada hábito es un peldaño hacia una carrera más productiva, equilibrada y satisfactoria. Recuerda, el objetivo no es trabajar más, sino trabajar de forma más inteligente.
PREGUNTAS FRECUENTES
¿Cómo demostrar buenos hábitos de trabajo?
Demuestras buenos hábitos de trabajo gestionando eficazmente tu tiempo y priorizando las tareas de forma inteligente, por ejemplo, abordando el trabajo duro a primera hora del día. Mantén un espacio de trabajo organizado, sé receptivo a los comentarios y busca constantemente oportunidades de aprendizaje y mejora.
¿Por qué son importantes los hábitos en el trabajo?
Los hábitos de trabajo son cruciales porque determinan el comportamiento diario e influyen significativamente en la productividad, la eficacia y el rendimiento general en el trabajo. Los buenos hábitos de trabajo, como la gestión eficaz del tiempo, la priorización estratégica de tareas y el aprendizaje continuo, aumentan el rendimiento individual, contribuyen a un entorno de trabajo más positivo y fomentan el crecimiento y la satisfacción profesional a largo plazo.
¿Cómo he mejorado mis hábitos de trabajo?
Sabrá que ha mejorado sus hábitos de trabajo cuando aplique estrategias inteligentes de gestión del tiempo y tenga control sobre su tiempo. También te sentirás productivo y satisfecho con tu rendimiento laboral, y mejorarás tu concentración y eficacia.